jueves, 26 de noviembre de 2009

Dos sin arreglo.

Qué filósofos de la sutileza,
qué ladrones a punta de corbata,
qué canallas con aire de grandeza
que comparten el ron de los piratas.

Qué forma de entenderse cuando gritan,
qué descendientes de Caín y Abel,
qué dos primos hermanos que se incitan
si navegan hacia highway to hell.

Sólo saben besar a bocajarro
corrigiendo el deseo del agravio
a la hora que dicte su marejada.

Una vez los vi, rodillas en barro,
repartiendose el botín de tus labios
y escapando al llegar la madrugada.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Quintillas de viajero.

¿Dónde está mi pasaporte?
¿Qué fue de mi savoir feire?
¿Habrá quien me reconforte
ahora que he perdido el Norte
y el Sur ya no es lo que fue?

¿Quién robó mi primavera?
¿Cómo sueña tu compás?
Al calor de las hogueras
nos parecen verdaderas
las conquistas de un quizás.

Ni atrapado ni escondido
solamente aquí te espero;
ni Afrodita ni Cupido
ni estaciones del olvido
ni la sangre en el albero.

¿Qué haré ahora sintigo,
aprendiz de tu llegada,
tan honesto y enemigo,
Doña Inés de mi Rodrigo,
tan devoto de tu almohada?

Hasta el odio necesita
ser amado hasta los huesos.
La Luna es una proscrita
que a la noche resucita
y me exilia de tus besos.

Después de todo, el pasado
no es más que luz caducada;
y el presente es un bocado;
y el futuro es un helado
con sabor a agua pasada.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Entre ayer y hoy.

Cuanta tinta desperdiciada
en pensamientos desahuciados
sin catecismo,
cuanta lógica disparatada,
cuantos rencores perdonados
a mi mismo.

Cuantas ganas de matarte
a la vera de tu piel
y mi verano;
ya no sueño con besarte,
se confesó desde el papel
un tal Cyrano.

Ansié evocar qué dijiste
la noche que quise olvidar
lo que pensabas,
¿Sabes qué fue lo más triste?
Cuando supe recordar
y ya no estabas.

Y sin embargo, aquí estoy
dudando entre ayer y hoy,
qué estrafalario,
maldiciendo despedidas
que me cierran las salidas
al escenario.

domingo, 8 de noviembre de 2009

En las últimas.

Romper el candado de lo prohibido,
ignorar que nos une la distancia,
esconder las heridas de Cupido,
vivir sin comprender las circunstancias.

Derramar la razón en escopetas,
escupir a los pies del diccionario,
rechazar a las musas del poeta,
sufrir al degustar un escenario.

Sorprender a la duda en los papeles,
desahuciar la pasión de los hoteles,
despedir la verdad tras los cristales.

Confiar que el tiempo cure a su manera
para delirar bajo la trinchera
cómo escribrir las últimas postales.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Deseos otoñales.

Para la mademoiselle Cadenas,
un crucero por el Sena.

Para mi amigo Javier Oliva,
una negación afirmativa.

Para los cuasimodos mujeriegos,
dos pezones palaciegos.

Para los políticos corruptos,
compartir jabón con los abruptos.

Para el desamor de don fulano,
la ex-mujer de don mengano.

Para el tocayo Gómez Trujillo,
mis musas cantando su estribillo.

Para la crisis, la hipoteca y el paro,
rock´d roll y Afrodita por el aro.

Para el anónimo que me escribe,
besos del corazón al que revive.

Para los hermanos Elena Lopes,
lo que quieran de mí hasta los topes.

Para el que mancha la nuca con fuego,
muchas vidas solo en el talego.

Para el don Juan que no acierta en otoño,
colegialas sin pelos en el moño.

Para el actor que vive de un quizás,
un debut con Peter en Nunca Jamás.

Y a los que guardo en el tintero,
que esperen noticias del cartero.