miércoles, 21 de julio de 2010

Mi último alarde.

Justo ahora que el halago resucita
los espejos corrigen mi mirada,
¿por qué cuando el deseo nos visita
alegamos que no como si nada?

Y en un suspiro caben vendavales
y en un ojo, un mar embravecido
y en un por qué, todos los finales
y en un te quiero, todos los te olvido.

Qué dos aprendices de la pasión
que sueñan con causar un accidente
por vigilarle al otro el corazón.

Cuando la besé en mi último alarde
yo quería parecer ser valiente
y descubrí que no era tan cobarde.

1 comentario:

  1. eres un artista, me encanta lo que has escrito de verdad...tiene mucho significado, seguramente no el mismo que lo tiene para ti, pero haces que signifique mucho...no sé! me encanta!

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