jueves, 27 de mayo de 2010

Te echo de menos.

Echo en falta soñar dentro de ti,
tus rincones, tu olor, tu primavera,
tus ganas de sacarme por ahí
con la risa como única bandera.

Te echo de menos, siento que me ahogo
ahora que hace tanto que no me inundas,
ahora que el placer es un demagogo
porque las rutinas son nauseabundas.

Te añoro, te extraño a cada momento.
Recuerdo mi alegría y mi lamento
jugando en tu entrañas con ardid,

y ese ruido que hacías por la noche
y esa playa de azúcar y reproche
y tu nombre que se nombra Madrid.

lunes, 24 de mayo de 2010

Una lucha personal.

Estás mintiendo y lo sabes de sobra,
finges, te escondes detrás del orgullo,
odiar parece gratis, pero cobra
la deuda a un corazón que ya no es tuyo.

Tan solo soy aprendiz de mi mismo
dudando entre lo que fui y lo que espero,
sé que mi dolor es tu catecismo,
sé que no te amo, pero te quiero.

Intentaré, sin prometerte nada,
explicarte de forma detallada
la razón de mi mente visceral.

(Tengo que terminar este soneto
antes de que traicione mi secreto
y declare una lucha personal).

lunes, 10 de mayo de 2010

Sin más escapatoria.

Qué forma de saltarme lo acordado,
qué rutina tan mal aprovechada,
el cielo es un pecado sobornado,
el infierno, tu ausencia en mi almohada.

Cara o cruz a la boca que despunta
entre humo, cenizas, sangre y papel,
el amor se disfraza de pregunta
cuando cambias conmigo por aquel.

Querer olvidar es algo que aferra
los recuerdos aún más en la memoria,
después de todo, vale para nada.

Entiende que si juegas a esta guerra
no me dejas más escapatoria
que esperarte al final de la jornada.

viernes, 7 de mayo de 2010

Entre nunca y quizás.

Este sol que de nuevo nos calienta,
este amago de reír porque sí,
esta boca justifica lo que intenta
con los besos que nunca recibí.

Este ahora sin receta ni cicuta
que pasea tranquilo hasta después,
este pecado que amarga la fruta,
esta duda que afirma lo que ves.

Este canalla inerme en tu secreto
aprendiendo a no perder el respeto
al silencio, a la espera, al jamás.

Estos ojos que entienden lo que digo,
este respiro con el enemigo,
esta reyerta entre nunca y quizás.