domingo, 20 de junio de 2010

Amigos y enemigos II

Hay siempre tiempo para mis dilemas
por mucho que le exija la semana,
matamos la raíz de los sistemas
que marcan una vida cotidiana.

No tengo más verdad que su presente
ni él otra incitación que mi descuido,
si roba un corazón por accidente
pide cuentas al arco de Cupido.

Parte y reparte más de lo que tiene,
es adicto al sabor de la victoria,
su savoir faire corrige mi quimera.

Cuando la madrugada nos retiene
atracamos con la risa la memoria
diseñando una nueva primavera.

jueves, 17 de junio de 2010

Amigos y enemigos I

Confundes el deber con el deseo,
desatas el cordón de lo acordado,
te burlas del creyente y del ateo
porque tu fe se debe a tu abogado.

La avaricia es tu mejor mandamiento,
el descaro, tu abuso favorito,
mentir es un manjar tan suculento
que no dudas saciar el apetito.

Deja ya de firmar con cicatrices
y de tocarnos tanto las narices
con el halago de tu hipocresía.

Ve pensado en mejorar tus modales
porque al final de todos los finales
el espejo será tu compañía.

jueves, 10 de junio de 2010

Últimamente.

Últimamente pasa de consejos,
promete lo que no puede cumplir,
cuida peor de cerca que de lejos,
el pecado es un simple souvenir.

Apura demasiado la frenada
que le evita caer en los excesos
y acostumbra a huir de madrugada
si el corazón desboca entre sus besos.

Duda luego existe y viceversa
en una primavera incombustible
exiliándose de la seriedad.

Mata si la verdad se tergiversa,
apuesta siempre contra lo imposible,
solamente ama por necesidad.

viernes, 4 de junio de 2010

Sin poder remediarlo.

Cada vez más dentro de los de fuera,
cada vez más, sin poder remediarlo,
el vacío es un grito que no suena,
todo es nada y es algo sin embargo.

Callado vigilando la ventana
desde mi lado, siempre por las noches,
porque la negrura es una aliada
que escucha el susurro de las pasiones.

Y no espero aquello que ya no tengo
pero la madrugada es tan pequeña
que los ojos se mueren en el cielo
queriendo ver lo que no vi en ella.

Sí, noto la tierra bajo mis pies,
también respiro el aire que suspira,
sin cambiar mi alegría por su fe
sé que sin ser suyo, tampoco es mía.

Ya no sabe mi boca a su regazo
ni mis dedos se deben a su cuerpo,
ya no puedo con más duelo ni quebranto
y tal vez sí lo quiera mi recuerdo.