lunes, 22 de noviembre de 2010

Sólo por esta noche.

Hoy te echo de menos y no lo sabes.
Sé que mañana todo acabará
pero mato por que esta noche acabes
en mi por siempre y no en tu quizá.

(¿Por qué sentir algo que ya no existe?
¿por qué se empeña el corazón en eso?
¿por qué si tú eres feliz yo estoy triste
y cuando te niego quiero tu beso?)

Ahora sé que brillo por el desgaste,
que estoy lleno de algo que no tengo,
que no está el cielo donde lo dejaste...

Ya no sé si te amo o me miento,
ni sé donde estoy ni a lo que vengo,
pero te echo de menos, y lo siento.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Tal vez quizá, pero no estoy seguro.

Tal vez no quede tan lejos el cielo
ni el infierno resulte tan amargo
y puede que encuentre entre tu pelo
el mejor lugar para mi letargo.

A pesar de todo, puede que la vida
sea un sueño que vivimos tras la muerte
o más bien se trate de una partida
que nunca le ganamos a la suerte.

Quizá la palabra es un espejismo
donde se extasía el pensamiento
viajando a la deriva por el viento.

Y a lo mejor el amor es un abismo
y tu pecho, el verdugo que me empuja
y tu pecho, el verdugo que me empuja ...

domingo, 7 de noviembre de 2010

No respondo de mí.

Te recuerdo en la tarde, serena,
después de tanto tiempo todavía,
llevabas vaqueros y piel morena
haciendo juego con mi fantasía.

Y acechamos los ojos de reojo
y los segundos se hicieron semanas
y en tu boca se me hizo un antojo
pero al final me quedé con las ganas.

Por eso te recuerdo todavía,
porque es tu boca la melancolía
que asfixia si pienso que te consigo.

Muerde mi beso y luego dame muerte
porque si esta es mi vida sin tenerte
no respondo de mí estando contigo.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Fui lo peor.

Fui lo peor que te había pasado,
el amor nunca fue tan doloroso,
a la paz que exigía tu costado
le di un precio demasiado costoso.

Fui hasta lo más profundo de tu alma
y luego la rasgué y la mordí
y en el centro de tu caos, mi calma,
me hacía más grande dentro de ti.

Y así tu muerte mi vida era
como un invierno en la primavera
que en la lluvia tus lágrimas borraba.

Fíjate si mi amor era profundo
que acabé por mandarte al otro mundo
pensando que no me equivocaba.