Ni maduro ni vuelvo a las andadas,
ni espejismos ni una vida ejemplar,
Peter
Pan ya no juega con las hadas,
hace tiempo que escribo para olvidar.
Porque el deseo también se equivoca
y nos lleva a un oscuro callejón,
donde la verdad se muerde la boca
y una espina desangra el corazón.
Y el amor son cien pájaros volando
y las dudas, el pan de cada día,
hay palabras que viven callando
convirtiendo el ayer en todavía.
Qué forma de vivir en cada esquina,
de morir en todos los escenarios,
qué ganas de matar esta rutina
de buscar tu nombre en los diarios.
Sin embargo, por más que uno quiera,
no todo se aprende en los cuadernos,
como en aquella breve primavera
que enseñaste bien lo que era el
invierno.
Se trata de soñar a quemarropa,
se trata de insistir si no procede,
se trata de vestirse sin la ropa,
se trata que una voz, escrita quede.