domingo, 24 de octubre de 2010

Como boda de difuntos.

Es probable que hayamos olvidado
aquellas cosas que se vencen juntos
y por eso recordamos el pasado
como si fuera un boda de difuntos.

Me refiero a la pena y alegría
que luchaban a muerte entre los huesos,
me refiero a tu boca y a la mía
que fingían amar bajo los besos.

Puedes recordarlo tal como quieras
pero no te tatúes cicatrices
que nunca sangraron en tu cosatado.

Cuando ardan de nuevo las hogueras
bailaremos como dos aprendices
del amor, del amor olvidado.

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