martes, 22 de noviembre de 2011

Llega el invierno.

Llega el invierno y resurge la herida
que el verano ocultaba en su entusiasmo
y la muerte se cruza con la vida
y el amor se sustenta del orgasmo.

Me acecha el frío tras los cristales
donde trazo su nombre con mi aliento
oyendo de reojo las señales
que deja no muy lejos el lamento.

Un dolor que apuñala la sonrisa,
amargo, impotente, desconsolado,
aprendiz de la sangre de mis venas.

Y sin embargo, a pesar de la premisa,
necesito el calor que hallo a su lado
aunque sea el fuego de mis penas.

5 comentarios:

  1. Esto es lo que estaba esperando... Un mes sin poemas tuyos es como si me tiro un mes sin tocar un pincel. Aunque he de decir que me esperaba algo mucho más dulce y no tan amargo, pero eso no quita la belleza de esas palabras tan bien elegidas y colocadas.
    Saludos, y esperando el siguiente me hayo. :)

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  2. Muchas gracias :). A mi también me hubieses gustado publicar algunos más, pero este mes imposible. A ver que dice diciembre. Ciao

    Pablo F.

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  3. Muy bonito, en esta época, parece que que las heridas se notan más, tu lo explicas muy bien, me encanta. Me siento identificada con tus palabras. Besos

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  4. Gracias Miriam :). Sí, estas fechas son así... besos también para ti. ciao

    P. Fortes

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  5. Qué malo es estar enamorado, petardo....
    :)

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