Echo en falta soñar dentro de ti,
tus rincones, tu olor, tu primavera,
tus ganas de sacarme por ahí
con la risa como única bandera.
Te echo de menos, siento que me ahogo
ahora que hace tanto que no me inundas,
ahora que el placer es un demagogo
porque las rutinas son nauseabundas.
Te añoro, te extraño a cada momento.
Recuerdo mi alegría y mi lamento
jugando en tu entrañas con ardid,
y ese ruido que hacías por la noche
y esa playa de azúcar y reproche
y tu nombre que se nombra Madrid.
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