Confundes el deber con el deseo,
desatas el cordón de lo acordado,
te burlas del creyente y del ateo
porque tu fe se debe a tu abogado.
La avaricia es tu mejor mandamiento,
el descaro, tu abuso favorito,
mentir es un manjar tan suculento
que no dudas saciar el apetito.
Deja ya de firmar con cicatrices
y de tocarnos tanto las narices
con el halago de tu hipocresía.
Ve pensado en mejorar tus modales
porque al final de todos los finales
el espejo será tu compañía.
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