Otra vez mazapán y chunda
chunda
y el hedor del belén que se profana,
otra vez la esperanza se fecunda
con las sobras de la última semana.
Otra vez mil promesas de beodos
y besos a la vuelta de la esquina,
lo peor de querernos por los codos
es confundir amores con propina.
Otra vez este frío nauseabundo
que acecha detrás de los cristales
camuflado entre el vaho que te delata.
Y otra vez, en el último segundo,
escapar como viajan las postales
sin dejar un te quiero en la postdata.
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