lunes, 3 de diciembre de 2012

Amigos y enemigos XI.


Bailamos sobre arenas movedizas
hincando las rodillas en el techo,
el pecado es un valor que se cotiza
si asumes el placer como derecho.

La verdad dura menos que una copa
y la noche se duerme con las ganas,
cuando la duda te bese a quemarropa
tira las preguntas por la ventana.

El invierno trae calores fugaces
que llenan reservados y rincones,
si te gusto, mejor que no me abraces,
dijo mientras volaban los tacones.

Doctorada en cremalleras verticales,
tus uñas sufren más que Sarajevo,
presumes de cazar entre animales
y todos saben quién hace de cebo.

Por aquí, yo presumo a mi manera,
sin embargo, sé menos que yo mismo,
aprendiz del color de mi bandera,
condenado a negar el aforismo.

Pero che, Quijotita de la “cancha”
que confundes enanos con molinos,
cuando la dignidad se olvida y mancha
Dulcineo se convierte en un pollino.

Lo mejor fue volverme a conocer,
desvelar los secretos del sumario,
matar la noche al amanecer
y lo feliz al sentirme solitario.

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