Cuando la costumbre es una insolente
y te atrapa con su melancolía
la decepción se conjuga en presente
y se marchita el pan de cada día.
Cuando resucita la duda con
la rutina de cada desayuno
la soledad atraca al corazón
y dos retornan a ser cada uno.
Cuando el abrazo parece un alegato
y los besos se cargan de egoísmo
el amor se disfraza de contrato.
Y cuando al final de la jornada
sabes que mañana será lo mismo,
sientes que esto no sirve para nada.
Me acabas de dejar... O.O (creo que es lo más cercano a mi cara)
ResponderEliminarLa rutina puede que no sea malo, sabes que tienes a alguien día a día, y que aunque sea como el día anterior sigues amando igual, o más, sólo hay que darle un pequeño toque de sal al día para que esa rutina cambie un poco. O no hace falta hablar del amor, si el día a día en el curro, en tu vida en general te parece rutina eres el único que puede cambiar eso. Eres el único que puede hacer algo contra una rutina que no se desea. Es tan fácil como hacer cosas que no sueles hacer, o cosas que nunca has hecho. Quizás falte el tiempo, quizás las ganas, pero es una solución. ¿Te acuerdas de cuando pintabas? Quizás deberías retomarlo para cambiar algo de esa rutina, aunque aviso que todo cambio acaba convirtiéndose en rutina. Así que es una pescadilla que se muerde la cola, o el símbolo de piscis. Para deshacerse de ella hay que estar en constante cambio, y hay que tener ganas de cambiarlo, porque si se pierden las ganas no hay solución...
Lo bueno es darse cuenta a tiempo, para poder solucionarlo, y cambiarlo si así nos place.
Buena suerte.
Sigue escribiendo que se echa en falta leer buenos poemas, aunque sean tan amargos...
Saludos, tortugante.
Muchas gracias anónimo por tus consejos :).
ResponderEliminarPa' eso estamos.
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