Álter ego

Anda siempre al acecho de algún beso
que le muestre algo más del paraíso
esquivando la duda entre el exceso
y el rincón donde muere tu permiso.

Esta vez juegas demasiado cerca
exclama al abrazar la madrugada,
la muerte es tan sólo una dama terca
que espera en una cama eternizada.

Su reloj no acierta a unir el momento
de aceptar los consejos del lamento
y atracar por la espalda a la alegría.

Sale caro volver a las andadas,
por eso, al partir, borra las pisadas
y el recuerdo de tu fotografía.

Al final de la semana.

Se me escurrió el domingo de la pluma
entre bares, promesas y derrapes,
lo que gana el pasado nunca suma
si es el tiempo el que deja que te escapes.

Las esquinas confirman la faceta
que se oculta en la linde de mi abismo,
desde siempre soñé con ser poeta
y al final ya no supe ser yo mismo.

Sin embargo, a la sombra de tu cama,
sigo buscando un milagro sin fe
para resolver este crucigrama.

Ojalá no nos juzgue la alegría
y tu boca se olvide del por qué
y podamos matarnos todavía.