Cuanto más te conozco, me defraudo,
es lo que me enseñaste con paciencia;
niegas cualquier locura, yo le aplaudo
al dios de tu bendita intransigencia.
Gritar es un don que te pertenece
y no por imponer más se es más fuerte
pero como haces lo que te apetece
ve pensando qué le exiges a la muerte...
Por cierto, ¿esa sonrisita idiota
que bautizas con ardua hipocresía,
dime, es por gusto o por dar la nota?
(Y yo pensando que me había librado
para siempre de tu compañía
y tú buscando un asiento a mi lado).
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