A la boca de fresas que me pierdo,
la mousse de musa de mi recuerdo.
Para la poeta que en silencio grita,
la solemne fortuna de Afrodita.
Para el que lucha solo en la trinchera,
el calor de esta nueva primavera.
A los labios que dudan dar el paso,
unos ojos que le olviden del fracaso.
Al dolor pasado que nos persigue,
un futuro abrazo que nos abrigue.
Para el espejo que escupe y acusa,
un desafío a la ruleta rusa.
Para el tequila y la sal que nos provoca,
un bis a bis con tus dedos y mi boca.
A la mentira que el teléfono oculte,
una verdad que duela pero indulte.
Al corazón que guarda su espinita,
un sí al deshojar la margarita.
Al nostálgico que busca un nuevo día,
su tristeza teñida de alegría.
Al viajero que no encuentra su camino,
la fuerza de un amante clandestino.
Para el artista que en la luna espera,
una luz al final de la escalera.
A la despechada de la última fila,
un Cyrano requebrando su pupila.
Y a los que todavía guardo en el tintero,
que sigan esperando las cartas del cartero.
que te oigan, que te oigan!
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